17 de junio de 2011

REPORTAJE: UN DESTINO, UNA ILUSIÓN



Algo más de 300 kilómetros separan Valencia de Madrid; ahora, unos 250 me separan de casa. Son las 2 de la mañana y aquí en el autobús sigo dándole vueltas al día de hoy; cómo puede ser que en tan poco tiempo hayan pasado tantas cosas, tan grandes cosas.
Esta historia tiene un principio, una semana atrás. Un jueves 9 de junio , tras un día de nervios, estrés, pero muy ilusionante, llego a casa a eso de las 11 de la noche. Como siempre, conecto twitter, veo el blog y...  Vicente, ay que haría yo sin Vicente, me anuncia un notición: José Manuel  Calderón estará en el Hormiguero el jueves siguiente.  ¿Lo primero que hago?  Enviar el formulario para ir de público, sin pensarlo dos veces. Lo anuncio en el twitter del blog, y ya, sin preguntar a nadie, empiezan los planes. No había tiempo que perder.

Tenía pocas esperanzas de que me llamaran de público, ya que siempre suele haber lista de espera para largo, así que empecé a mover hilos, dispuesta a ir aunque fuera para verle cinco minutos a la entrada. Y aquí se apuntaron a la aventura Ainhoa y Marta, twitter nos unió.


Miércoles, sin recibir llamada y comprando los billetes. Aún me pregunto cómo me han dejado irme sola a Madrid sin saber qué iba a pasar; creo que mis padres por fin empiezan a comprenderme. Muchos mensajes de apoyo, y tras uno de esos, uno que me emocionó  realmente e hizo que me diera cuenta de por qué hago todo esto por ciertas personas. Gracias de verdad. Sin poder dormir, con una mezcla de emociones, al final caigo.
Jueves  16 Junio 6:30 AM. Arriba y a la andada. Hay sueño, sí, pero ya habrá tiempo de dormir en otro momento. Reviso todo, no se puede olvidar nada. Todo en orden, camino de la estación.


7:45 - Llegada a la estación, revisado de billetes y todos dentro. Partimos “Road to Madrid”. Bus express: cómodo y con wifi, eso sí, cuando quiere. Net en mano, actualizo el blog, ¿con qué? “José Manuel Calderón hoy en El Hormiguero” no puede de ser de otra forma. El tiempo pasa volando, con Jordi hablando por el twitter (ah, ¡era su cumpleaños!) y escuchando un poco de Panic! At the disco.

12:30 – Llegada a Madrid, estación sur. Bonitos recuerdos tenía de allí. Me dispongo a coger el metro (peligro de pérdida) camino de la Gran Vía como había estado planeando. Primera sorpresa del día, me encuentro con Juan y Damián merodeando por allí, con Trancas y Barrancas en mano.  Unas fotos para el blog y sigo mi ruta. Segunda sorpresa, al cabo de media hora vuelvo a tirar hacia la Gran Vía y me vuelvo a encontrar con ellos dos a lo lejos. Por no desviarme,  continúo recto, disimulo pero no sirve de nada. De repente se miran entre ellos, veo que Juan se acerca, Damián le sigue y el cámara detrás. Sí, vienen a preguntarme. Preguntan, repondo, hablan y la verdad, no me entero mucho de las gracias, yo sólo estaba pensando en mandar un saludo a José. Misión cumplida, y aunque al final no lo han sacado, ahí queda.




13:45 – Hora de comer. Un poco de relax, lo que medianamente puedo. En busca de wifi, necesito saber qué se dice, alguna novedad, lo que sea. Ahí está, esa cadena de hamburguesas con wifi gratis, que al igual que el del bus, va cuando quiere. Algo es algo. Sigo dando vueltas, el tiempo pasa lentamente, tanto querer ir por allí siempre, y cuando tengo la oportunidad, me voy. Y me voy camino de la Calle Alcalá 518.
16:30 – Bajo del metro, ¿dirección? Pruebo un sentido y… no puede ser, me vuelvo a encontrar a Juan. Me pregunta que si iba a ir al programa, no sé no contesto (ojalá sí). Un banquito a la sombra, mi compañero durante unos minutos. Suena el móvil 91… ¿91? “Hola Carolina soy de El Hormiguero, nos han fallado unas personas, estás interesada…?” – Sí, sí, sí. Ya no hay dudas, 100% seguro.


17:40 - Marea de gente, ¿quiénes aparecen? Marta y Aihnoa. Ohhhhhhhh, la primera vez que nos vemos, y espero que no sea la última. Pasamos el tiempo charlando, intercambiando anécdotas… de todo un poco. Con muchos nervios, contando los minutos cada momento. Primer momento mítico: ver entrar a Carlos Jean con un polete rosa subido en una minimoto roja es una imagen que no voy a olvidar en mucho tiempo.



20:00 - ¿Llega la hora? Parece que no… mirando los coches uno a uno, sobretodo los grandotes de cristales tintados. En eso aparece uno, ahí está, pone Calderón… no, es Calde.com, pasará a la historia como otro momento mítico. Empiezan los “problemas”, 
20:15 y aquí seguimos, esperando; tendríamos que estar atrás con todo el público… Decidimos seguir esperando y en eso para un taxi… Huecco aparece ¿Y Calderón? Está al llegar dice… Ahora ya no miramos coche grandotes, ahora tocan taxis ocupados. Pasan taxis vacíos, ocupados…


20:25 - ¡Atención, intermitente! Ahí está, ya ha llegado. Besos, saludos, y lo primero de todo, disculparme por lo que dije, ahora ya puedo vivir sin remordimiento de conciencia.  Unas firmitas, unas preguntas y a correr, que llegamos tarde (subidón encima 200%). Total, llegamos y aún están pidiendo los DNI. Sentado, el típico señor que hace la gracia de que Calderón no puede venir porque tal… señor, que acabamos de verlo.





21:15 En plató (super pequeño, la tele engaña mucho), más relajadas pero con el subidón  encima todavía. Buen sitio, con la mesa enfrente. Empieza el show con Javier, qué gran animador, y eso que podría ser mi padre. Practicando el “Weeeeeeeeeeeeeeeeeeee” (aplausos), salen Juan y Damián con las hormiguitas, me ven y me saludan (se acordaban de esta mañana).


21:30 Ahora sí, empieza el show del programa, con mi paisano Pablo Motos. El Hormiguero News bla bla bla… Salen los invitados, “Weeeeeeeeeeeeee” (Javier quería que le gritáramos “guapo” a Calderón). Presentación del proyecto “Dame vida” y unos pollitos de fondo. Un poco de bailoteo, qué gracioso, me encanta. Entrevista, lo de las rastas… y llegan las pruebas. La canasta imposible, menudo mareo, ¡no daban ni una! Pero el que la tenía que meter lo hizo, aunque con un poquito de trampillas… celebración con el mítico gesto. Ahora el turno de El hombre de negro y de Carlos Jean, sí, sale con su polete rosa. Muy grandes los dos. Y vuelven a salir “mis colegas” Juan y Damián y su Teletienda. Toca descansar, un poco de publi. Empiezan a jugar con los balones del videoclip con el público. Nuestro ya “otro colega” Javier viene y se lleva las banderas de Marta y Aihnoa para que Calde las firme; aunque parezca raro, éramos las únicas que estábamos allí por él. Hasta la publicidad se hace corta en el plató. A la vuelta, poco más, nace otro pollito, despedida y fin del programa.




Fuera, esperando, salen José y Huecco, metiéndoles prisa,  gracias a quién ya sabemos todos, puedo hacerme la foto; Aihnoa fotógrafa de 10. Despedida desde el taxi, y hasta otra; quién sabe cuándo y dónde. Tal vez sea en menos de lo que me espero. Aquí acaba un día redondo, al que se le añaden otros extras: fotos con Damián, Juan (pregunta: ¿tú te pasas hoy todo el día con nosotros?) y con el “gran” Pablete Motos (sí, es tan chiquitín como parece). Camino del metro, recordando todos los momentos vividos, difíciles de olvidar, despedida, espera en la estación de autobuses, subida al Madrid-Valencia… y ahora mismo, las 4:08, a 108 km de casa, acabo de contaros esta gran experiencia, ocurrida un día 19 de junio de 2011.





Como muchas veces no puedo decir todo lo que me gustaría, escribo estas palabras para expresarme y agradecer a todas las personas que han hecho de este  día posible:  primero a mis padres, que han confiado en que fuera yo sola por mi cuenta a vivir esta experiencia, gracias; segundo, a dos grandes personas que he conocido hoy, las compartidoras de esta experiencia junto a mí, mil gracias por haber hecho de cada momento enorme, aquí estoy, espero veros pronto, Ainhoa y Marta; por último, a José, por hacer de este día uno de los momentos más grandes de mi corta vida, por tus palabras, por tu cercanía,  por tu sinceridad, por todo; gracias de verdad por haber hecho que este día merezca la pena vivirlo porque tu sonrisa  le alegra la vida a cualquiera. GRACIAS, SOIS ENORMES. Y gracias a ti, por leer esto que me ha salido del alma.


Son las 4:35, queda nada parra llegar a casa… ¿y dormir? No lo creo.

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